Todes conocemos a esas personas que vieron a la pandemia como su momento especial compartiendo en las redes sociales sus rutinas matutinas, levantándose a las 5 de la mañana, tendiendo la cama después de levantarse (¡importante!), haciendo ejercicio, emprendiendo nuevos proyectos. En última instancia, esto atiende a la lógica capitalista de que debemos crear algo o hacer algo productivo para ser mejores y/o deseables.
Pero tenemos que recordar que estamos en una situación de crisis.
Aunque no puedo negar que tener una rutina en la vida diaria puede ayudar con los sentimientos de aburrimiento y depresión, no es una competencia. Las rutinas no deben ser iguales y es igualmente válido no vivir según una rutina. Un encierro como el que estamos viviendo no debería ser un momento para demostrar alguna productividad, y no pasa nada si estamos ocupades en tratar de organizar nuestra vida diaria.
La obligación de la productividad
No debemos exigirnos en “utilizar este tiempo de la forma más productiva posible”, en cambio, podemos reflexionar sobre por qué tenemos este impulso insaciable de ser o sentirnos “productives”. ¿Qué es la productividad?
En todos los rincones del internet puedes encontrar consejos y rituales para ser más productive. Todo tiene que ser lo más rápido y eficaz posible, ya sea en la oficina (en casa), al cocinar, al aprender una nueva habilidad o en las relaciones interpersonales (“conflictos productivos”).
Esto va de la mano de la “cultura del esfuerzo” que celebra y fomenta el agotamiento y el exceso de trabajo. Es genial estar siempre ocupades, sin dormir y haciendo horas extras en la oficina. Sin embargo, cualquiera que haya trabajado alguna vez en una oficina sabe que, de las 10 horas de asistencia, es posible que sólo haya trabajado realmente 3.
¿Por qué es una máxima ser lo más productive posible? Probablemente porque ya se ha inculcado en el sistema escolar que es importante estar callade y completar las tareas preestablecidas sin tener en cuenta las fortalezas y debilidades individuales.
Trabaja duro, así es como funciona esto, para que puedas convertirte en algo. Trabaja más para poder salir adelante como mujer. Trabajar aún más duro porque las personas afectadas por el racismo tienen que hacerlo. Esto se basa en la idea neoliberal de que cualquiera puede hacerse millonario si “trabaja lo suficiente”.
Este mito niega la existencia de privilegios y desigualdades que impiden a las personas llevar una vida digna aunque “trabajen duro”. En lugar de reconocer las condiciones de opresión de los trabajadores y las personas marginadas, se nos dice que no nos hemos “esforzado lo suficiente”. Este patrón se ha arraigado y desde entonces creemos que tenemos que trabajar permanentemente y mejorarnos a nosotres mismes.
Por ende, el desempeño es la moneda de nuestro mundo. (A no ser que se trate de un trabajo de cuidados no remunerado, ya sabemos que no se considere un trabajo “real”, aunque sea esencial para nuestra sociedad). La auto-optimización, al parecer, es la máxima que se aplica incluso en los encierros y fuera del horario de oficina.
Recuerda siempre: tu valía como persona no depende de lo impresionante que sea tu currículum, del tipo de trabajo remunerado que tengas o de si puedes sacar rendimiento a tus habilidades y aficiones. Lo que te hace especial son tus pasiones y las historias que tienes que contar.
¿Qué hacer en pandemia?
Este articulo es un alegato para ser “improductive” y hacer sólo lo que te apetece. Deja que la siguiente lista te inspire si te aburres por si te encuentras en la privilegiada situación de quedarte en casa durante la pandemia.

- Funda un club de lectura: Una buena manera de socializar sin estar en la misma habitación. Organiza tu club de lectura a través de videollamadas. Muchos libros puedes encontrar en pdf en línea. Por ejemplo, checa esta página y esta otra.
- Mira por la ventana: No es ninguna broma, me encanta estar en la ventana y mirar los coches y la gente pequeña. Vivo en el cuarto piso y mirar por la ventana me recuerda a menudo que sólo soy una pequeña parte de algo mucho más grande. ¿Tal vez tengas vista a un parque o jardín? La ventana de tu habitación es tu ojo al mundo durante el encierro. Mira afuera e inventa historias de las personas que caminan. ¿A dónde van y por qué?
- Haz cursos gratis en línea sobre temas que te interesen: Infórmate sobre lo que te fascina, independientemente de si puedas capitalizarlos o te sirva en tu contexto profesional. Edúcate sobre privilegios, raza, género y clase. La CNDH, por ejemplo, ofrece cursos interesantes.
- Toma terapia: Las generaciónes Y y Z ya no tenemos pena de hablar sobre lo que nos dijo nuestre terapeute. Al contrario, compartimos los consejos con nuestres amigues y creamos memes sobre la experiencia. Aprovecha el tiempo extra que te queda para reflexionar sobre tu crecimiento y recurrir recursos externos, en caso de que esté dentro de tu alcance. Existen maneras de hacer terapia en línea y a bajo costo.
- Apoya a las personas a tu alrededor: Pueden ser tus vecines, familiares, amigues. La solidaridad es un bien del valor común. Nos da sentido sin pertenecer a alguna lógica de ganancias o desempeño. Puedes ofrecer hacer compras para otras personas, coser cubrebocas hechos de viejas cortinas o solo ofrecer otro tipo de ayuda para personas que están vulnerables. A lo mejor aprendes sobre las condiciones de las personas a tu alrededor y como afecta la pandemia a elles. Esto tr ayudará a sentir más empatía hacia sus historias y sus luchas. La ayuda mutua desmantela nuestra dependencia de los sistemas de opresión y construye un acceso equitativo a los recursos. Tambien refuerza las conexiones comunitarias al tiempo que nos capacita a todes para seguir satisfaciendo nuestras necesidades.
- Haz un maratón de series: Por fin puedes ver todas estas series que tienes en tu lista de títulos guardados, incluso una segunda vez. No te sientas culpable. Pero reflexiona y pregúntate: ¿A quién se representa aquí? ¿Qué perspectivas están faltando? ¿Se reproducen narrativas que perpetúan un sistema opresivo? ¿Y por qué demonios Emily en París fue nominada con un Golden Globe? Mejor ve la serie I may destroy you. Otras recomendaciones: Desenfrenadas, Grace and Frankie, Workin‘ Moms.
- Retoma tus proyectos creativos: Ahora que tienes tiempo, dibuja una caricatura, escribe un poema, haz un collage de revistas retocadas con photoshop y periódicos llenos de malas noticias, pinta un retrato de una persona querida, diseña ropa o joyas, canta canciones cursis o de lucha, graba una película sobre tu vida, crea memes sobre tu opresión. Este libro es un manual para el desarrollo de la propria creatividad: The Artists Way, de Julia Cameron.

- Aprende a programar: No es sólo una actividad sexy, sino que podrás trabajar de forma creativa y lógica al mismo tiempo. Podrás construir tus propios sitios web, tu propio imperio. ¿Sabías que antes de los años 80 había muchas mujeres trabajando en el campo de la tecnología y con ordenadores? Lo que ocurrió entonces fue la introducción de los ordenadores personales, que se comercializaban como “aparatos para niños/hombres”. Las mujeres no se iniciaron pronto en ello y, por tanto, se quedaron atrás en el campo. Página gratis para aprender a programar.
- Quédate en cama todo el día y lee. Utilizo Goodreads para hacer un seguimiento de los libros que quiero leer y que estoy leyendo actualmente. Recomendación: Las mujeres que luchan se encuentran: Manual de feminismo pop latinoamericano, de Catalina Ruiz-Navarro.
- Juega en línea: Juegos en línea son una posibilidad de estar con tus amigues sin compartir un espacio fisico. Algúnas recomendaciones:
Horse Paste (juego de adivinanzas en equipo).
Skribbl (pintar palabras y adivinarlas).
Catán (un clásico). - Redecora u ordena tu espacio: Aunque no parece la gran cosa, puede cambiar tu mente y darte nuevas ideas. Estamos tan acostumbrades al aspecto de nuestro entorno que no nos damos cuenta de cómo nos influye inconscientemente. Ahora que pasamos mucho más tiempo en casa, es conveniente que nos sintamos cómodes de forma que nuestro hogar se adapte a nuestras necesidades.
- Cuestiona y reflexiona sobre tu consumo: edúcate sobre productos y empresas. Decide no comprar con Amazon, porque explota a sus empleades que trabajan en condiciones inseguras e insalubres y monopoliza los mercados, causando el cierre de miles de librerías (y otros negocios) en todo el mundo. Decídete a comprar libros de vendedores locales o libros usados u optar por ir a la biblioteca. Haz trueque con tus amigues en lugar de comprar en cadenas de Fast Fashion. Cuestiona a les influencers que estas siguiendo en las redes: ¿promueven valores que no son tuyos? ¿Te hacen sentir mal? ¿Todo su contenido gira entorno de cooperaciones pagadas y la promoción de productos? Puede ser liberador de dejar de seguir contenido que no te inspira ni eleva.
- Probar nuevas recetas: Todo el mundo ha presumido su pan de plátano en Instagram cuando empezó la pandemia. Pero tal vez el encierro puede ser una buena manera de probar nuevas recetas y explorar nuevas direcciones culinarias. ¿Has probado alguna vez Shepherd’s Pie (pastel de carne picada con una corteza o cobertura de puré de papas de origen inglés), shakshuka (huevos escalfados preparados en una salsa de tomates, chiles y cebollas, origen África del Norte y Oriente Medio) o bibimbap (arroz y varias verduras, algo de carne o tofu, un huevo crudo o frito, origen coreano)?
- Ejercítate con videos en internet: El hecho de que los estudios deportivos y los gimnasios estén cerrados también puede verse desde el lado positivo: ¿cuándo más se tiene la oportunidad de probar un deporte diferente cada día? Y, además, gratis. Disfruta de una lección de prueba diferente cada día: Perrea el lunes, haz ballet el martes, salsa el miércoles, entrenamiento de box jueves y autodefensa viernes. YouTube está lleno de clases virtuales de todos tipos de ejericio.
- Viaja con Google Maps: Las fronteras y los hoteles siguen cerrados. Sin embargo, se puede descubrir el mundo a través de tu pantalla: busca los lugares que te interesan y explora a través de maps. Incluso hay un juego en el que debes adivinar la ubicación a partir de una foto de Google Street View. También se puede jugar con tus amigues. Se llama Geoguessr.
- Aprende un nuevo idioma: Pero no porque te va a servir en el mundo laboral sino para poder hacer amigues en todo el mundo. Hay maneras diferentes para aprender: Viendo películas con subtítulos, leer tus libros favoritos en el idioma que quieres aprender o usar las aplicaciones conocidas que te ofrecen el aprendizaje como un juego. Otra opción es hacer amigues por correspondencia por ejemplo en las siguientes páginas. PenPalWorld, GlobalPenFriends o PenPalGate. O incluso puedes ocupar Tinder o Bumble para hacer amigues.
- Descubre belleza con un cambio de mirada: ¿Hay un parque bello cerca de tu casa que nunca has visitado? ¿Un barrio al lado de tu casa que siempre has querido conocer? Emprende el viaje y descubre algo nuevo. Incluso puede ser tan simple como tomar un nuevo camino cuando vas a la tienda. En esa calle lateral que siempre evitas, puede que se esconda algo que te sorprenda o deleite.
- Entrena: Haz ejercicio para tu salud mental, para huir más rápido de la policía o para romper la madre a tus agresores. No hagas ejercicio para seguir un canon de belleza patriarcal. ¡Entrena para ser fuerte y defenderte!
Gracias, Patricia! llevo luchando con mi sargento capitalista interno casi toda la pandemia. Tu texto me recuerda esta oportunidad de cuestionar mi definición de productividad. Me sentí acompañada 🙂