En mayo de 2020, el documental Birth Wars (2019) formó parte del programa de “Ambulante en casa” —festival itinerante no competitivo—; sin embargo, volverá a estar disponible gratuitamente en la plataforma FilminLatino a partir del 5 de noviembre a las 8 pm hasta el 12 del mismo mes a las 7:59 pm.
Birth Wars, o Guerras de Nacimiento, es un documental que retrata la labor y dificultades que atraviesan las parteras de cuatro entidades del país —Guerrero, Veracruz, Oaxaca y Chiapas— en relación con el trabajo de personal médico.
La directora Janet Jarman cuestiona los prejuicios derivados del conflicto que el discurso científico y médico tiene frente al denominado conocimiento empírico de las parteras. Las tomas del documental muestran la validez epistémica de las prácticas de las parteras, a quienes escuchamos de viva voz. Quienes además han poseído este conocimiento por generaciones. Además, el documental muestra la violencia obstétrica que sufren muchas mujeres de estas comunidades por el sistema médico.
La directora, a través del contraste, nos muestra la posibilidad de reconciliar ambos lados que, a fin de cuentas, desde sus distintas cosmovisiones comparten una misma responsabilidad: ayudar a las mujeres a traer nuevas vidas sin complicaciones.
A continuación compartimos la entrevista que realicé a Janet Jarman —la cual fue posible gracias a la invitación que Ambulante extendió a FemFutura.
Valeria Mendoza: Estimada Janet, has trabajado en México durante más de una década abordando distintos temas como la migración o la guerra contra el narcotráfico y con “Birth Wars” haces tu debut como directora: ¿de qué manera surgió la idea de un filme sobre la situación de las parteras y por qué decidiste enfocarte en el sur del país?
Janet Jarman: Este proyecto inició en 2014 cuando tenía un trabajo en Chiapas, en ese trabajo conocí algunas mujeres dentro del área, que eran parteras tradicionales; vi cómo trataron a las mujeres, no como pacientes, sino como seres humanos que merecen respeto y dignidad, en un momento muy importante de sus vidas donde fueron rechazadas por el sistema médico. En esta época conocí a varias estudiantes de escuelas de partería y también médicos. Al aprender más sobre sus desafíos me convencí de que debía haber otras formas de tratar a las mujeres y que quería contar esa historia.
V. M.: ¿Hubo complicaciones al momento de gestionar el proyecto o filmarlo?
J. J.: Al ser mi primer largometraje, puede ser un poco abrumante al inicio, porque yo quería hacer la historia de la misma manera en la que había hecho mis proyectos en el pasado, de un nivel muy profundo; no quería contar la historia, quería mostrarla. Uno de los desafíos fue la cantidad de parteras que hay, las estadísticas señalan que hay aproximadamente 500, pero tuve que limitarme y tratar de abordar la experiencia aún siendo compleja por su diversidad. Además, al conectar con las parteras emocionalmente ellas pudieron abrirse más durante el rodaje.
V. M.: ¿Cómo reaccionó la comunidad de parteras frente a la propuesta del proyecto?
J. J.: Hay un momento muy fuerte aquí en México sobre la partería y las parteras quieren que escuchen su voz, eso ha pasado por muchos años y han sido marginalizadas en el sector de salud. Eso no significa que el acceso fue fácil, porque estás pidiendo entrar en el momento más íntimo de una vida, pero reaccionaron con confianza de que iba a contar su historia de una manera respetuosa, les expliqué bien cómo iba a trabajar. Yo creo que si entras con sinceridad y si ven que te quedas mucho tiempo y el tema también importa eso genera confianza.
V. M.: ¿En qué sentido se podrían complementar la labor de las parteras y los médicos?
J. J.: A veces se puede pensar que se trata de reemplazar, pero no, se trata de complementar, de trabajar en equipo. La cosa única de la partera, y muy importante, es que dan cuidado continuo, durante el embarazo y después, lo cual es bastante necesario, pues la partera conoce muy bien a la mujer, lo cual podría ayudar al médico, ya que al trabajar con alguien que inspira confianza se brinda un servicio de calidad, y el médico así mismo puede ser un vínculo de información.
V. M.: ¿Cuál consideras que es la importancia de atender este fenómeno del parto en nuestro contexto actual?
J. J.: Creo que en todo el mundo el sistema de salud ha obligado a las mujeres a atender su parto en los hospitales, lo cual se ha dado por la cuestión de la seguridad, cifras de mortalidad, que de hecho han mejorado, pero tienen efectos secundarios, como la creación de un sistema con una jerarquía técnica en la que las mujeres han perdido la oportunidad de tomar sus propias decisiones de cómo quieren parir.
Hay grupos que están intentando reevaluar el papel y la gran capacidad de las parteras como una solución al problema de la sobresaturación y la sobremedicalización de los partos; estos grupos que mencioné luchan para que respeten y den espacios a las parteras, ya que hay evidencia científica que apunta a que la partería puede ser una solución y que ese modelo de atención mejora la experiencia para la parturienta, el bebé y la familia; el modelo muestra que se puede tener más empatía y regresar la humanidad a la medicina.
V. M.: ¿Cómo impactó la experiencia de dirigir “Birth wars” en tu vida personal?
J. J.: Me cambió en que me permitió entrar a una comunidad y entender desde una perspectiva muy personal y orgánica; puedes leer sobre partería, pero no hay nada como estar con las parteras y dentro de los hospitales; fui testigo de cómo una partera salvó un bebé frente a mí o cómo un grupo de médicos auxilió a una mujer. Te hace pensar mucho sobre la vida, sobre el poder de las mujeres que ayudan a otras de una forma que nunca antes había experimentado, me di cuenta que cuando la gente te trata como persona y no como números estadísticos suceden cosas muy buenas.
Sin más, las invitamos a estar pendientes del estreno gratuito en FilminLatino, del 5 al 12 de noviembre, inicia a las 20:00 y cierra a las 19:59.