Cuando me insultó
conté uno
no importaba,
uno no es ninguno.
Inhala.
Cuando me gritó
conté dos,
Dos es mejor que uno.
¿Le creí?
Exhala.
Como no sabía qué hacer,
le busqué tres pies al gato,
por eso me golpeó.
Inhala.
Conté cuatro,
las paredes que necesitaba,
no tenía a dónde ir.
Exhala.
Conté mis dedos,
cinco en cada mano,
¿por qué no me defendían?
¿por qué no lo señalaban?
Inhala.
A las seis llegaba a casa,
A las siete me golpeaba.
Cada día.
Inhala.
Exhala.
Cuando volteamos el ocho
se convierte en infinito.
El infierno es eterno
cuando vives en él.
Inhala.
Si corres con suerte,
cuentas nueve pasos
y te miras al espejo
para saber que estás viva.
Exhala.
La autopsia dedujo:
10 marcas,
10 puños,
10 heridas profundas.
No inhales.
No exhales.
No esperes al 10.