Bajo el lema: “No es una fiesta, es una lucha” se reunió una de las dos grandes marchas del 8M en Berlín el domingo pasado, conformada por la Alianza Feminista Internacionalista en Berlín. Esta es una crónica sobre lo que se vivió ese día.
Foto de portada: Citlali Huezo.
El Día de la Mujer se organizó por primera vez en Alemania y en los países vecinos el 19 de marzo de 1911, por sugerencia de la socialdemócrata alemana Clara Zetkin, pero desde 1921 se celebra anualmente el 8 de marzo.
Berlín es el único estado federal de Alemania que ha declarado el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, como día festivo. Aparte de eso, fue renombrado extraoficialmente como el Día de la Lucha de la Mujer.
En Berlín, el 8M empezó siete horas antes que el 8M en México, lo que nos dio una “ventaja” temporal. Empezamos con el ensayo del performance Un violador en tu camino, en español y en alemán. El performance fue creado originalmente por el Colectivo Las Tesis, de Chile. Fue interpretada por primera vez el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer el 25 de noviembre de 2019.
Los videos del performance se hicieron virales, difundiéndose por todo el mundo. Actuaciones similares tuvieron lugar en México, Colombia, Francia, España y el Reino Unido. El 29 de noviembre del 2019 miles de mujeres interpretaron la pieza en el Zócalo de la Ciudad de México. Y ese día, el 8M 2020, el colectivo Las Tesis llegó desde Chile a Berlín para apoyarnos con ello.


En Berlín hubo un bloque grande de mujeres latinas y entre ellas un grupo de mujeres mexicanas, quienes se pintaron la cara de catrinas, para recordar que en México cada día es el Día de las Muertas, ya que en promedio hay 10 feminicidios diarios.


Dieron un discurso en seis idiomas que recordó que nuestra lucha está vinculada con la lucha contra una serie de -ismos: el capitalismo, el racismo, el imperialismo, el neocolonialismo, el neoliberalismo y el extractivismo.
Porque muchas de las condiciones que oprimen y marginan a las personas siempre golpean a las mujeres un poco más fuerte.
¿Se han dado cuenta que por muchos siglos los derechos humanos han sido exclusivamente derechos de hombres? Desde la Revolución Francesa hasta la constitución al día de hoy: “La dignidad humana es inviolable” por desgracia, muy a menudo esto solo es válido para los hombres.
La manifestación tuvo un enfoque antiracista en vista de los recientes acontecimientos en Alemania, hace dos semanas que en el ataque en Hanau diez personas fueron asesinadas por motivos xenófobos. Alemania cambia sus leyes cada día para endurecer las políticas contra refugiadxs, inmigrantes y revolucionarixs, y para aplicar políticas conservadoras contra mujeres.
Hubo un minuto de silencio para conmemorar el feminicidio más reciente en Berlín, el 29 de febrero de este año mataron a una mujer afgana, Homa y a su hija Tajala. La familia ha experimentado violencia racista pero la policía no sigue esa línea de investigación.
En este minuto, en el que decenas de miles estuvimos silenciosas, yo conmemoré a todas las mujeres que ya no están con nosotras, Ingrid, Fátima, Valeria, la chica de mi universidad que desapareció para siempre, las 10 mujeres que asesinan cada día en México y la mujer que matan cada tercer día en Alemania. Y sin querer me empezaron a caer las lágrimas al no poder ayudar y proteger a mis amigas, por sentirme indefensa.
De repente mi desesperación y mi dolor se convirtieron en ira… Y no era la única.
Cuando se acabó el minuto de silencio, todas empezamos a gritas cada vez más fuerte:
“¡El patriarcado se va a caer!”
“¡Ni una más, vivas nos queremos!”
“¡Que muera Piñera, y no mi compañera!”
“!Hay que abortar el sistema patriarcal!”
“Kein Gott, kein Staat, kein Patriarchat!” (¡No hay Dios, no hay estado, no hay patriarcado!)
Caminamos por la ciudad gritando nuestras demandas en las calles. Desde las ventanas otras personas saludaban y vitoreaban en aprobación.
Los gritos luego se convirtieron en bailes, la música sonaba de las bocinas y la marcha se acabó enfrente de la cárcel de mujeres en Lichtenberg con una reunión final.
Ver a todas juntas me conmovió mucho y me recordó de que no estamos solas. Que la solidaridad significa justo eso: que estamos juntas y que la lucha es interseccional.
Luchamos todas: mujeres mexicanas, mujeres alemanas, mujeres chilenas, mujeres iraníes, mujeres nicaragüenses, mujeres turcas, mujeres lesbianas, mujeres bisexuales, personas trans, personas no-binarias, personas intersexuales, mujeres negras, mujeres de color, mujeres indígenas, mujeres musulmanas, mujeres sinti y roma, mujeres discapacitadas, mujeres de la clase trabajadora, mujeres sin hogar, trabajadoras sexuales, niñas y mujeres de todas las edades y todos los orígenes.
Había carteles que nos recordaron que el feminismo sin inclusión de personas de color nada más es supremacía blanca. Y las que somos privilegiadas muchas veces olvidamos que nuestras hermanas sufren de discriminación no solo por ser mujeres, también por su origen, su identidad de género, su color de piel, su sexualidad o su religión. Espero que esta marcha nos recuerde que tenemos que dar un paso adelante por nuestras hermanas y que solo juntas podremos ganar.
¡La revolución será feminista interseccional o no será!
Cuando llegué a casa, vi la transmisión en vivo de la manifestación de México. Ojalá hubiera estado en México para apoyar a mis hermanas, pero las apoyé desde el otro lado del Atlántico. Más tarde vi videos de otros países como Francia o Chile y me emocionó mucho. Sentí más que nunca la pertenencia y solidaridad. Porque es la misma lucha que estamos luchando. Si tocas a una, respondemos todas.
El 8M no se celebra, se lucha. Por eso no queremos flores, sino derechos fundamentales.
Todavía hay mucho por hacer, sin duda alguna. Pero ver a toda esa gente cansada de la injusticia me ha dado la esperanza de que tenemos poder y podemos marcar la diferencia – en Alemania, en México y por todo el mundo.
Créditos de fotos: Karina Villavicencio, Citlali Huezo, Sally Palomino, Laura Jaburek, Rayuela Kollectiv.