Enredadera que sube
rodea mis pies,
mis pantorrillas, mis rodillas,
mis muslos, mis nalgas,
mi vientre; se detiene,
avanza a mi abdomen,
mi espalda, mis senos,
mis hombros, mi cuello,
mis labios, abre mi boca
y se mete, me penetra,
adentro, bien adentro,
florece y crece,
me llena por dentro y fuera.
Intento cortarla, apartarla, exterminarla,
pero vuelve, no me deja,
se aferra, si la mutilo
crece de nuevo, no se detiene.
Estoy invadida, ahora siento miedo,
no encuentro la raíz
estoy jodida y soy suya
¡VERDE!
Lo único mío son los ojos
con los que clamo ayuda.
Parece que nadie me puede auxiliar.
Con dolor y miedo,
respiro y tomo fuerzas,
de mi vientre una flor crece
roja, sangrante, grande.
La tomo con ambas manos
y la ARRANCO…
Un grito me sale, desde las entrañas,
un grito liberador que me duele,
pero el miedo se va.
Las ramas y flores empiezan a caer,
es mi otoño y no sigue el invierno
sino la primavera.
Libre de aquella enredadera
soy yo quien empieza a florecer.
¿VERDE? Multicolor, mi color, mi flor