Este año Revista Estrépito, proyecto literario Chiapas-Puebla, editó el poemario CUNA DE ARENA / La herencia de Samantha de la escritora chihuahuense Karen Cano.
La teórica literaria Cristina Rivera Garza habla de una necesidad política de dolerse, de sufrir el dolor propio y del otro, mediante la cotidianidad: en este poemario Karen toma la voz de la madre, la hija, de una zona marcada por la indolencia de un sexenio cruento, e igualmente plasma sus propios miedos, sus incertidumbres, haciendo, entonces, de los textos incluidos un padecimiento colectivo.
A través de dos poemas de largo aliento la autora enfatiza la figura de las mujeres en un ejercicio de cuidado (“Ser unas y otras (…)/ para serlas todas y ayudarlas”), pero también reconociéndose en ellas, en su otredad, cuando su madre la encomienda al cielo cada vez que sale.
La naturaleza, que el ambiente contagia con su aire rarificado por la violencia, el cuestionamiento a la ausencia de las muertas y los desaparecidos. La ambivalencia de una madre que dialoga con su hija sobre un futuro lo mismo inconsolable que preciso en su amenaza, son también algunos de los elementos clave de este poemario donde la urgencia estética propuesta por Rivera Garza hace presencia para expresar “(…) en el más básico y también en el más desencajado de los lenguajes, esto me duele”. 1
En The Witness of Poetry, el escritor polaco Czeslaw Milosz argüía que las descarnadas condiciones de vida de la economía de mercado habían ensombrecido la literatura del siglo XX; sin duda el efecto se ha prolongado hasta nuestro siglo con autores como Sara Uribe, Gerardo Arana y otros más recientes.
Entre ellos figura Karen Cano, todxs ellxs con la extrañeza de contextos violentos como eje transversal de sus obras. Dicha extrañeza, que curiosamente proviene de la normalización de las violencias, donde: “Nadie cuestiona al vicio de alejarse del abrazo fraterno”, provoca una visión desencantada frente a los grandes ideales sociales y se descubre una herencia compartida que reza: “Hemos nacido arrojados/ en sábanas de arena/ en el límite de odio”: no existe, pues, tal cosa como un destino idílico, sino uno dado socialmente desde la vileza.
Cada quien habla mediante su lugar de enunciación particular; en este caso, la autora habla en y sobre el norte de México, región que siempre ha estado plagada por los asesinatos, la tortura, fenómenos como la trata y la desaparición (no olvidemos a las muertas de Juárez). Esto responde, parafraseando a Sayak Valencia, a la primacía del crimen organizado, así como a la lógica neoliberal que desacraliza los cuerpos. En ese sentido, hacer poesía pese a la parálisis que nos inyecta el terror, es un acto de resistencia.
Más que ficción, Cano proporciona el retrato de un país que sigue poniendo el dedo en nuestra llaga, donde los males no dejan más recurso que confiar el último ápice de esperanza a lo divino, a la lucha incierta y sin tregua sabiendo que “A la deriva/ la madre desierto nos arrulla/ en su cuna de arena movediza”.
Si gustas adquirir el poemario, puedes llamar a este número 961 199 62 80 o en el Facebook de la Revista Estrépito.