La historia se ha incrustado en tus labios, corazón,
tu mirada infinita que se acrecentaba
con un ardor extremo.
Llegas como noche,
envuelta en un cielo diminuto que te ha elegido.
Pequeña,
no tienes edad que te consuma,
eres toda inteligencia y toda amor,
eternidad que me devora.
Nahuita,
nada podrá darte fin,
deja que me acurruque a tu lado
y acomodar los despojos que conservo.
Guárdame en tu mirar
que soy una cosa diminuta junto a ti,
que no me queda nada
más que un cielo vacío y la muerte acechando.
Artista coqueta,
no estás
cansada
de arrancar
deseos
al mundo entero,
de ser
un misterio
acorralado.
No estás cansada.
Controlabas al Sol con tus ojos,
¿qué queda de ti,
niña sin final,
energía cósmica?,
¿qué hay del mito
y tu creación antigua?
No puedes resignarte
y yo te entiendo,
lo veo a través de ti
como tú lo hacías
y como nos creaste a todas
las que ahora vivimos de lo que fuiste.