Pétalos caen
de gentiles cerezos,
como perlas
en el sereno río.
Yo también floto en él,
ligera
en mis lágrimas de olvido.
Diluida y bella,
me borra
quien con su abandono
me perdió.
Yo no quería irme
mas el río me llamó.
El Fuji exhala
y el río fluye.
Los pétalos nadan
en el sendero silencioso.
Hernoso