Viviendo en Delhi
Persiguiendo el amor por la danza, estuve viviendo durante nueve meses en Nueva Delhi, India, donde me encontraba estudiando Kathak (una de las nueve danzas clásicas del país).
Las clases y la vida en Delhi funcionaba de manera normal, y a pesar que desde diciembre circulaban noticias del “nuevo virus de China”, todos lo veíamos muy lejano y ajeno a India; únicamente se daban recomendaciones preventivas para mantener fuerte el sistema inmunológico, pero no mucho más.
Llegó marzo y faltaba poco más de un mes para terminar mi curso y hacer el examen final, cuando la pandemia del Covid-19 comenzó a crecer y se empezaron a tomar medidas drásticas y fuertes por el gobierno de India.
De un día para otro (el 24 de marzo), el primer ministro declaró el confinamiento total de un país de 1.3 billones de habitantes, suspendiendo todos los servicios de transporte, desde los auto rickshaws y ubers, hasta los trenes en todo el territorio y los vuelos nacionales e internacionales; prohibiendo que la gente saliera, a menos que fuera a farmacias, hospitales o para compra de productos esenciales.

Empezaron a implementar barreras de control en todas las fronteras terrestres entre estados, donde prohibían la movilización a menos que fuera una emergencia médica o laboral y siempre teniendo que contar con un permiso especial.
Ingenuamente, yo creía y tenía esperanzas de que mis clases se reanudarían pronto, que podría hacer mi examen final, y finalmente volver a México. Pero mientras más pasaba el tiempo, las cosas se complicaban más, las fechas del confinamiento se alargaban y la preocupación y estrés entre la gente crecía exponencialmente.
Intentos de regreso a México
Viendo que las cosas no volverían a la normalidad pronto, comencé a buscar opciones de vuelos para regresar a México y ¡oh dios! qué complicado fue. Reservé vuelos para el 19 de abril y para el 1º de mayo, y eventualmente todos fueron cancelados.
Estaba perdiendo esperanzas y haciéndome a la idea de que no podría regresar hasta junio o incluso después. En India todos los vuelos comerciales se encuentran cancelados mínimo hasta el 15 de mayo (hasta nuevo aviso), por lo que no había muchas opciones de salida.
Y final e inesperadamente, gracias a gestiones de la Embajada de México con la Embajada Británica, hubo una chispa de esperanza: ¡poder salir de India!
Dejar India
El gobierno británico envió un vuelo de repatriación de ingleses con algunos lugares para otros países que buscaban sacar a sus connacionales (incluido México).
La embajada mexicana dio el aviso de dicho vuelo un día antes y tuve que decir que sí, sin siquiera poder procesarlo o pensar las opciones (que no eran muchas).

Tenía que tener confirmadas también las conexiones hasta México, y recuerdo esas horas de total estrés y dolor de cabeza… los horarios de las escalas no cuadraban, habían muy pocas opciones de rutas, los precios de los vuelos eran muy altos, y así muchos etcéteras.
Hasta que finalmente pude confirmar todos los vuelos, siempre con la incertidumbre, el miedo y la preocupación de que a última hora pudieran cancelar alguno de los trayectos.
Moverse en Delhi
Como dije anteriormente, la movilidad en India se encuentra muy restringida y controlada, por lo que para ir al aeropuerto de Delhi, fue únicamente gracias al apoyo de la Embajada de México. Transitamos por calles vacías, atravesamos tres o más barreras en el camino, y afortunadamente, por ser auto diplomático, no hubo que dar mayor explicación de dicho traslado.

Vuelos y aeropuertos internacionales
Fue impresionante ver todos los aeropuertos prácticamente vacíos, desde el de Nueva Delhi, el cual abrieron y habilitaron únicamente para ese vuelo de repatriación, hasta el de Ámsterdam, mucho más activo y ya con algunas tiendas y servicios abiertos.
En la mayoría de estos, los procesos eran similares: hacer filas con distanciamiento social, usar cubre bocas todo el tiempo, seguir las recomendaciones de cada país, etc.
Algunos vuelos se encontraban más ocupados que otros, pero por ejemplo, en todos la dinámica de comida y bebidas funcionaba muy diferente a los “vuelos normales”, simplemente repartían un sándwich o una bolsa de botanas, agua y fruta, esto para tener el menor contacto entre sobrecargos y pasajeros.


Desventajas de viajar en época de pandemia
- El riesgo y preocupación de contagio es muy alta, ya que se tiene cierto tipo de contacto con gente de todo el mundo que no se sabe en dónde ha estado o con quién ha convivido.
- Si el hambre es muy grande y no se va preparado con anterioridad, es muy complicado encontrar comida en los aeropuertos.
- Todos los vuelos resultaron más caros de lo normal, y se entiende, ya que hay mucha demanda y las opciones son sumamente limitadas.
Algunas ventajas
- Hay muy poca gente moviéndose, la gran mayoría únicamente con la esperanza de volver a casa.
- Se disfruta mucho el silencio y la tranquilidad de transitar en los aeropuertos.
- En ciertos procesos como pesar las maletas no se comportaban de manera tan exigente, afortunadamente evité eso y lo agradezco porque llevaba más de 10 kg de sobre equipaje.
- Fue muy tranquilo pasar las aduanas, en aproximadamente cinco minutos, cuando ese trámite siempre es largo y tedioso.

Llegar a México
Después de horas de traslados, vuelos y conexiones, de preocupación constante de que cancelaran algún vuelo a último momento; de cansancio y sueño por el cambio de horario, finalmente pisé territorio mexicano.
Y a varios días de haber llegado a la capital mexicana, sigo procesando todo, con dolor y tristeza de haber dejado India tan súbitamente y sin poder despedirme como me hubiera gustado, pero también con mucha alegría de estar más cerca de mis familiares y amigos, que a pesar de no poder ver a la mayoría de ellos y abrazarlos, se siente muy bien estar a solo unos minutos y kilómetros de distancia.

No sabemos qué nos depara el futuro con esta pandemia, si como dicen algunas teorías todos nos contagiaremos o si todo “se normalizará” en uno, dos o seis meses, pero lo importante es evitar moverse de un lado para otro sin razones o motivos importantes, estar a salvo, y si se tiene la posiblidad, estar cerca de los seres queridos, quienes siempre brindan calor y apoyo incondicional.